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Hoy quiero hablarte sobre las expectativas que tienen los demás sobre nosotros, el miedo a no cumplirlas, el deseo por llegar a ellas, la culpa que nos genera no alcanzarlas y la lucha constante porque el otro reciba lo que espera.
Verás, con frecuencia escucho en consulta mensajes del tipo:
“Me preocupa no ser suficiente”
“Me da miedo no cumplir las expectativas de …”
“Si no le doy / hago tal cosa me siento culpable”
“¿Y si no quiere estar conmigo porque no soy lo que quiere?”
Y así un sinfín de mensajes que transmiten la misma preocupación: cumplir las expectativas de los demás.
Créeme que entiendo tu deseo por corresponder a los demás y eso te hace humano, bondadoso y muy valioso. Ser una persona que se preocupa por lo que otro espera de ti y que desea darle lo que necesita es maravilloso. De verdad, no todo el mundo tiene en cuenta los
deseos de los demás. Pero… cuidado. Una cosa es tener en cuenta los deseos y expectativas de los demás y otra bien
distintas es tratar de corresponder siempre las expectativas de los otros, porque dime una cosa: ¿Qué son las expectativas?

Del lat. exspectātum 'mirado, visto'.
1. f. Esperanza de realizar o conseguir algo.
2. f. Posibilidad razonable de que algo suceda.
3. f. Posibilidad de conseguir un derecho, una herencia, un empleo u otra cosa, al ocurrir un suceso que se prevé.
Por tanto cuando alguien tiene ciertas expectativas hacia ti, quiere decir que tiene la esperanza de conseguir algo de ti según el significado que otorga la RAE. Descifrando un poco más como se conforma esa esperanza, podríamos deducir que cada cual desde sus deseos o su forma de entender la vida proyecta ciertas necesidades, sucesos, etc. en los demás esperando que esto se cumpla. Insisto, serán sus deseos. Sin embargo eso no te obliga a ti a corresponderle, ya yo dice la RAE en la segunda y tercera acepción. De hecho si consiguieras cumplir las expectativas de todo el mundo (cosa prácticamente imposible) estarías cediendo a los deseos de los demás, que puede que coincida con los tuyos o no… y ahí es dónde nace el malestar, la culpa, y toda esa madeja de emociones.

Expectativas

Hace poco en una consulta me decía un chico: “es que no puedo cumplir todas sus expectativas”. Usó un tono enfadado y al mismo tiempo preocupado. Transmitía su deseo por llegar a todas esas expectativas de su pareja pero le resultaba realmente difícil. Lo peor es que esto le causaba mucho malestar consigo y temía que su pareja lo dejara. Francamente, yo respondí algo así: “qué bien que no cumplas todas sus expectativas, ¿no? Eso quiere decir que te estás respetando en lo que tú necesitas y en la persona que eres. No puedes cumplir todos sus deseos. Sus expectativas le corresponden a ella y no a ti”.
Su expresión cambió y dejó salir el aire contenido en una espiración sonora. Quiero pensar que le calmó, porque mi intención es ayudarle y espero que esta forma de entender las expectativas le (te) de mayor tranquilidad. Sin embargo, entiendo que quizás no te sirva y está bien así porque no necesito que me digas cuánto te ayuda mi perspectiva si esto no es así.
Mis expectativas de ayudarte son mías. Si te resuena y mis deseos se cumplen será perfecto y si no te sirve también lo será.
Recuerda; cada vez que no cumples la expectativa de otro quizás es porque estás cumpliendo la tuya propia y eso es tan valioso e importante como complacer.

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