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Hola, ¿qué tal estás?

Me alegra tenerte de nuevo por aquí.

Espero que esta lectura te ayude a manejar mejor tus pensamientos y que empieces a preocuparte menos y a ocuparte más.

¿Estás lista/o? Venga, pues acompáñate de un té calentito si te apetece y empecemos con buena letra; lee despacio lo que te cuento en estas líneas.

Preocuparse, rumiar y sus consecuencias

El otro día en consulta hablaba con mi acompañada de cómo y cuánto nos preocupamos por supuestas situaciones que ocurren en nuestra imaginación. Y ahora con todo el tema de la pandemia y la COVID; aún más.

Estuvimos durante toda la hora analizando y explorando la función que tiene este mecanismo y cómo nos afecta en el día a día. Al final hicimos una pizarra resumen que recogía muy bien nuestras conclusiones, y que más adelante te mostraré.

Me pareció tan interesante que pensé en convertirlo en este texto que hoy te muestro para que si quieres reflexiones tú también y puedas aplicar algunos cambios satisfactorios para ti.

 Empecemos por el principio;

¿Qué significa preocuparse?

Si vamos al diccionario encontraremos distintas definiciones. Aquí nos centraremos en la siguiente:

Verbo pronominal

(Preocuparse)

Sentir desasosiego, inquietud o temor por algo que puede ser perjudicial o negativo y que se piensa con insistencia.

¿Estás de acuerdo con dicha definición? ¿Con qué frecuencia te ocurre? ¿Para qué sirve?

Cuando nos preocupamos por un suceso o una situación, se puede dar por dos motivos:

  1. Suceso real negativo que ha ocurrido ya o está ocurriendo y sobre el que pienso mucho. Por ejemplo: situación de ERTE o despido actual por la pandemia.
  2. Suceso posible que solo está en mi imaginación y no ha llegado a ocurrir, ocasionándome pensamientos negativos al respecto. Por ejemplo: posibilidad de contagio por COVID

Nuestra respuesta ante cualquiera de estas situaciones es rumiar, es decir, pensar mucho y dar vueltas a la cabeza con todas las posibilidades e «y sis» que se nos ocurren. Ejemplo: «y si se me acaba el paro», «y si no me llaman», «y si voy al trabajo y no me pagan», «y si me contagio de covid», «y si me ingresan y no puedo ver a mi familia», «y si me muero», «y que hago si me quedo sin empleo», etc…

Tal como dice la definición; pensamos con insistencia sobre algo perjudicial ya sea real o imaginario.

 ¿Para qué pensamos tanto?

Tiene una función básica, aunque en muchas ocasiones no funcione y acabe perjudicando más que beneficiando.

Cuando entramos en esa rueda de pensamientos constantes sobre algo que puede dañarnos, la mente intenta buscar soluciones y estrategias para afrontar dicha situación. Así nos prepara para lo que está por llegar.

Nos anticipamos, de ahí el prefijo pre, con el objetivo de ir un paso por delante y estar armados de recursos ante cualquiera de las posibilidades que imaginamos.

¿Es útil, entonces? La respuesta es clara; depende.

En principio la función de prepararnos puede ser muy positiva. Preocuparte puede ser un incentivo para movilizarte y ponerte en acción. Por ejemplo: puede llevarte a buscar información sobre el tema en cuestión, buscar apoyo y recursos materiales, centros especializados, etc. Aunque yo a esta fase de preparación la incluiría más bien en el primer paso para ocuparnos de lo que está pasando.

Aquí ya es realidad, ya ha pasado de la mente al presente.

Las dificultades aparecen cuando entramos en bucle, en esa rueda infinita de pensamientos que te desbordan y ocasionan síntomas de ansiedad o tristeza. El miedo también tiene mucho que ver en esos «y sis» de los que hablaba antes.

En estas situaciones, preocuparse no sirve. Y mucho menos cuando la situación o suceso ni siquiera ha ocurrido en realidad.

Si no está pasando ahora, no vas a disponer de los recursos para afrontarlo y toda esa preparación puede que no sirva más que para ocasionarte más ansiedad y magnifique la rueda de pensamientos.

Mejor espera a ver si ocurre realmente aquello que imaginas y una vez esté pasando, entonces es cuando hay que ocuparse. Dispondrás de una visión más cercana y real de cómo es lo que te ocurre y cómo puedes afrontarlo.

Ahí comienza la acción, llega la hora de ocuparte de ello.

Sí, estar viviendo un evento negativo también te lleva a preocuparte por cómo avanzará y qué futuro te espera. Igualmente estarás anticipándote y te va a ocasionar lo mismo.

¿Está en el ahora? ¿Lo estás viviendo en realidad o solo está en tu imaginación?

Sí está en tu mente, los recursos también estarán ahí. No podrás ponerlos en práctica, comprobar su efectividad ni mucho menos solucionar el problema.

Diferencias y similitudes de Preocuparse vs Ocuparse

Después de nuestro análisis llegamos a algunas conclusiones importantes, que como te decía arriba, escribimos en una pizarra para darle más claridad.

Te la dejo convertida en la siguiente imagen:

PREOCUPARSE

 

Como ves hay una gran diferencia no solo en cuanto a las propias características, también en los efectos y resultados que ocasionan.

Si te fijas, preocuparse está más relacionado con suposiciones que la mente realiza con el objetivo de prepararnos ante un peligro, ya sea real o no.

Y ocuparse significa poner en práctica recursos y soluciones, actuar, sobre una situación real mientras vamos adaptándonos a cómo evoluciona.

Las emociones más difíciles de manejar como pueden ser los síntomas de ansiedad, tristeza, incertidumbre, miedo, etc, pueden aparecer en ambas situaciones. Si bien, en la primera estarán relacionadas con los pensamientos y no con una situación real (siento ansiedad cuando pienso en la posibilidad de contagiarme de COVID). Para que nos entendamos; estarás pasándolo mal sin que ni siquiera haya ocurrido nada negativo. Cuando me ocupo de lo que me está ocurriendo esas emociones sí estarán más ligadas a la realidad (siento ansiedad porque estoy en ERTE y mis ingresos son insuficientes. ¡Cuidado! Que se disparan los pensamientos y es fácil entrar en bucle) y entonces podrás manejar la situación y así disminuir sus consecuencias.

Hasta aquí el post de hoy. ¿Qué te ha parecido?

¿Sueles preocuparte u ocuparte? ¡Cuéntame! Estaré encantada de leerte.

Si te ha gustado o crees que puede ayudar a alguien; compártelo en tus redes.

P.D. ¿Qué tal el Té? Espero que lo hayas disfrutado. Yo he escrito estas líneas tomando un Té Chai con leche y especias súper calentito, que ya hoy se nota el fresquito.

Te espero en la próxima. Besos

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