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Creo que a estas alturas no es necesario que explique qué significa la palabra que titula este post. La llevamos con nosotros desde hace mucho tiempo aunque no siempre seamos conscientes de su presencia.

Tanto a nivel personal como en mi rol profesional me pregunto a menudo en qué medida forma parte de mí.

Pero primero quiero transmitirte calma. La historia que nos precede, la influencia de la sociedad, el estigma de la obesidad… nos ha calado demasiado y hemos ido creciendo y desarrollándonos con esa creencia en nuestra cabeza. Sin embargo esto no nos libre de responsabilidad y compromiso para empezar a cambiar estas creencias.

GORDOFOBIA

Trabajando en consulta con la imagen corporal y la conducta alimentaria es aún más necesario preguntarme de forma compasiva si en mí hay huellas de este legado de la sociedad. Hay que afinar muy bien porque a veces estos mensajes están disfrazados por formas más sutiles; en mí, en los demás y en la sociedad.

¿En qué medida está presente la gordofobia en mí? ¿Cómo está presente? ¿Uso comentarios fóbicos? ¿Reacciono diferente según el aspecto corporal de la otra persona? ¿Cómo me comportó conmigo misma en ese sentido?

“Es por tu salud”. “A mí me da igual, lo digo por ti”. “Me cae gordo/a”. “Tú puedes permitirte comer lo que quieras”. “Encontrar ropa en la sección “talla grande””, etc. Estos son algunos mensajes que podemos encontrar y que sin duda se relacionan con el rechazo hacia el cuerpo que no responde a lo que la sociedad ha marcado como «válido».

Y no se trata de sentirme culpable o quejarme o evadir la responsabilidad culpando a la sociedad, ni tampoco de reprocharte a ti. Más bien se trata de responder con otra pregunta:

¿Qué voy hacer yo con esto? No todo lo puedes cambiar (hay cosas que no dependen de ti y a las que de forma individual es imposible llegar). Pero sí puedes actuar desde ti.

¿Qué estás dispuesto/a a hacer?

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